Javier García-Martínez es Catedrático de Química Inorgánica y Director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular de la Universidad de Alicante (UA), donde lidera un equipo internacional que trabaja en la síntesis y aplicación de materiales nanoestructurados para la producción de productos químicos y energía.
Anteriormente, García-Martínez fue miembro del Comité Ejecutivo y Vicepresidente de la División de Química Inorgánica de IUPAC..
El profesor García-Martínez es el fundador de la empresa de base tecnológica Rive Technology, que comercializa la tecnología que desarrolló durante su estancia postdoctoral Fulbright en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Desde 2012, los catalizadores de Rive Technology se utilizan en varias refinerías, aumentando significativamente la producción de combustible y la eficiencia energética del proceso. En 2019, W. R. GRACE adquirió Rive Technology. En junio de 2014, Javier fue galardonado con el Premio Rey Jaime I en su categoría de Nuevas Tecnologías y en 2015 recibió el Premio al Investigador Emergente de la American Chemical Society. En el verano de 2017, fue reconocido por la American Chemical Society con el Kathryn C. Hach Award como el mejor empresario estadounidense en el sector químico. Javier es miembro del Consejo de Tecnologías Emergentes y Joven Líder Global del Foro Económico Mundial, de la Global Young Academy, y Fellow de la Royal Society of Chemistry. Desde 2019, Javier se ha desempeñado como Profesor Distinguido Rafael del Pino en Alicante, España. Desde 2019 es Presidente de la Academia Joven de España.
Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC)
La Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) es la autoridad mundial en nomenclatura y terminología química, incluida la denominación de nuevos elementos en la tabla periódica; sobre métodos normalizados de medición; y sobre los pesos atómicos, y muchos otros datos evaluados críticamente.
Una organización científica neutral y objetiva, la IUPAC fue establecida en 1919 por químicos académicos e industriales que compartían un objetivo común: unir a una comunidad química global fragmentada para el avance de las ciencias químicas a través de la colaboración y el libre intercambio de información científica. A lo largo de su larga historia, la IUPAC ha cumplido ese objetivo a través de la creación de un lenguaje común y la estandarización de procesos y procedimientos.
Pero la IUPAC es mucho más que la nomenclatura y la denominación de los elementos. La Unión es líder en la provisión de experiencia científica objetiva para la resolución de problemas globales críticos que involucran todos los aspectos de la química, todos los cuales tienen un impacto social. Su trabajo científico se lleva a cabo en gran medida a través de un sistema de proyectos formales, en el que las propuestas de químicos de todo el mundo son revisadas por pares y, si son meritorias, son aprobadas y apoyadas. Además, la IUPAC participa en una amplia gama de actividades diversas que, en última instancia, afectan tanto a la profesión química como a la sociedad en su conjunto.
Durante casi un siglo, la IUPAC ha contribuido al campo diverso e interdisciplinario que es la química. La IUPAC actúa como catalizador que une a los químicos de todo el mundo y cumple su misión fomentando el desarrollo sostenible, proporcionando un lenguaje común para la química y abogando por el libre intercambio de información científica.