El sector químico es uno de los sectores que en mayor medida contribuyen a generar una economía sólida, tanto por su contribución directa -aporta el 12,4% del PIB Industrial y es el segundo mayor exportador de la economía española-, como por su capacidad para generar un sólido tejido empresarial.
Pero además, desde una perspectiva no sólo económica, sino también social, las cifras dejan en evidencia la contribución directa de este sector a una prioridad para nuestro país como es la creación de empleo. El sector, que genera más de 190.000 puestos directos –que indirectamente alcanzan los 570.000-, fue uno de los que más empleo creó en 2015 registrando un crecimiento del 9,6%. Pero lo más importante quizás es que hablamos de empleo estable y de calidad ya que el 95% de los contratos son de carácter indefinido -frente al 80% de la media nacional o el 74% de la media nacional-. Se trata además de puestos de alta cualificación, consecuencia de una apuesta del sector por la formación permanente de sus empleados que le lleva a invertir de media 258 euros anuales frente a los 24 de la hostelería o los 80 del Comercio.
Por otra parte, hay que destacar que el sector químico es uno de los que mejor retribución salarial proporciona, situando su media en 37.550 euros anuales, de forma que un trabajador del sector químico cobra 1,4 veces más que la media industrial (27.036 €), 1,6 veces más que un empleado de la construcción (22.756 €) y casi tres veces más que uno de hostelería (13.355 €). Así, los salarios conjuntos de las empresas del sector y de las empresas que de ellas dependen superan hoy los 15.000 Millones de Euros anuales.
Son cifras que pocos sectores pueden igualar de forma cualitativa, y que ponen de manifiesto que la apuesta de las administraciones públicas por políticas que favorezcan la inversión e implantación de la industria química en su territorio tiene una respuesta garantizada de una mayor generación de riqueza y empleo de calidad.