Con más de 1,2 millones de trabajadores, una cifra de negocio de 760.000 millones €, 11.000 millones de inversiones en I+D+i, la industria química europea es un pilar esencial para el desarrollo económico de Europa y uno de los principales sectores en liderar la consecución de una economía competitiva, baja en carbono y circular para un futuro sostenible en Europa.
Sin embargo, las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania, la debilidad de la demanda, los elevados costes de la energía, la subida de los tipos de interés y la inflación siguen afectando a la industria química europea, factores a los que se ha sumado también el desafío de la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU.
Así, entre enero y septiembre de este año, la industria química de la UE registró un descenso del 10,6% de su producción. Esto se produce en un momento en que la industria química de la UE debe afrontar la mayor transformación de su historia para llegar a ser climáticamente neutra, circular y digital al mismo tiempo que debe realizar su transición hacia la fabricación de productos químicos más seguros y sostenibles para 2050.
Esta transformación requerirá inversiones de miles de millones adicionales de aquí a 2050. Una evolución que merece la pena, ya que las soluciones desarrolladas por la industria química prolongan por ejemplo, la vida útil de las turbinas eólicas, convierten los residuos en fibras sostenibles y permiten que las baterías de los vehículos eléctricos sean más potentes y eficientes. Sin una industria química próspera, Europa no podrá alcanzar el Pacto Verde europeo.
Por tanto, la construcción de un escenario que favorezca la inversión empresarial en Europa debería ser un prioridad política estratégica de la próxima Comisión Europea. Las cifras recogidas en la publicación Facts and Figures del sector químico europeo, así lo demuestran.