Bruselas, 24 de mayo de 2024– En un movimiento significativo hacia la consolidación de una política industrial robusta y unificada en Europa, España, Portugal y Grecia han presentado durante la reunión del Consejo de Competitividad una propuesta conjunta para la creación de un instrumento financiero europeo con el objetivo garantizar el éxito de la política industrial, mejorar las capacidades productivas de manera equilibrada y competitiva, y fortalecer las inversiones estratégicas en sectores industriales críticos en toda la Unión Europea.
La propuesta está alineada con la creciente necesidad de una Política Industrial robusta, una demanda que ha sido subrayada entre otras organizaciones sectoriales, por la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) y a Alianza por la Competitividad de la Industria Española. La inclusión de una Política Industrial en la próxima Agenda Estratégica Europea – que es el documento que marca las prioridades políticas para la próxima legislatura europea y que se aprobará en la reunión del Consejo Europeo del 26 y 27 de junio– resulta esencial para establecer las bases de la competitividad y el futuro de Europa.
Esta iniciativa se enmarca en un contexto de esfuerzos más amplios para revitalizar la industria europea, que empezó a tomar envergadura el pasado 20 de febrero de 2024, con la «Declaración de Amberes» y que alcanzó un portagonismo importante durante la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, cuando los líderes europeos incluyeron entre sus conclusiones la necesidad de un Pacto para impulsar la Competitividad de la Industria Europea. Este consenso refuerza la urgencia de establecer un instrumento financiero que facilite la implementación de políticas industriales coherentes y efectivas en toda la Unión.
Los Ministros de Industria han aprobado hoy, 24 de mayo, las conclusiones del Consejo sobre «Una industria europea competitiva que impulse nuestro futuro verde, digital y resiliente». Las conclusiones analizan la situación del sector industrial de la UE, exploran formas de mejorar la innovación, el acceso a la financiación y el entorno empresarial para las empresas, y proponen los principios fundamentales en los que se basa una futura política industrial de la UE. La propuesta conjunta de España, Portugal y Grecia, en línea con las conclusiones generales, es vista como un paso crucial hacia la integración del Pacto Industrial de la UE en la Agenda Estratégica Europea y el impulso de la competitividad europea para aplicar el Pacto Verde.