Con sus más de 3.100 empresas, la industria química es uno de los mayores y más consolidados sectores industriales de este país.
Su peso como motor económico de España se traduce en la generación del 6,1% del PIB Nacional, del 5,5% de la población activa asalariada del sector privado español, si sumamos sus efectos indirectos e inducidos, y el 14,3% del PIB Industrial.
Con una cifra de negocios de 82.493 millones de euros, de los cuales casi el 72,3% se facturan en mercados exteriores y un peso creciente en países de fuera de la Unión Europea, el sector químico es el segundo mayor exportador de la economía española.
El sector químico es, además, ejemplo de una industria sólida en la generación de empleo de una elevada de calidad en términos de salario y estabilidad, pues proporciona empleo directo a 233.000 personas, cifra que supera los 792.200 si contamos los empleos indirectos e inducidos. Con un sueldo medio de casi 42.000 euros anuales y el 94% de contratos indefinidos.
La industria química es líder también en Innovación. El año pasado se destinaron más de 2.000 millones de euros a I+D+i, (excluidas compras) lo que supone una cuarta parte del total de la inversión privada en esta área. Asimismo, uno de cada cinco investigadores del sector privado, es contratado por la industria química para ejercer su profesión.
Otro de los principales rasgos del sector es su carácter transversal, pues interviene en prácticamente todas las cadenas de valor de las industrias manufactureras. El 98% de las actividades productivas requieren de la química en algún punto del proceso de fabricación, ya sea en los campos de la salud, el consumo, la movilidad, la construcción, la alimentación, o la energía, por lo que su demanda es siempre derivada. De ahí, que se trate, sin lugar a dudas, de una industria esencial y estratégica para garantizar el funcionamiento y desarrollo de nuestra sociedad actual.