De los centauros y los unicornios sólo se suele oír hablar en los mitos, pero cuando se trata del mundo de las startups se denomina así a los inventores capaces de generar tecnologías disruptivas que buscan financiación para implantarlas en el mercado.
El 22 de junio, Cefic y el Consejo Europeo de Innovación, con la participación de Feique, reunieron a startups y a inversores corporativos de la industria química en el evento chemistry4EU con la finalidad de crear sinergias entre ambos grupos de interés.
Durante su intervención, Marco Mensink, director general de Cefic, definió la innovación como impulsora de los cambios a futuro que están por venir en el ámbito químico: “la industria química se enfrenta a un tsunami de cambios cuya única salida es encontrar una tabla de surf y subirse a la ola allí donde rompa. La innovación es esa tabla de surf” y quiso destacar que «tenemos que ser pioneros en desarrollar las primeras aplicaciones comerciales de estas tecnologías de vanguardia en sectores industriales clave para 2030. Trabajando junto a las startups, acercaremos al mercado los avances transformadores».
La industria ya está trabajando intensamente en la reducción de las emisiones asociadas a la fabricación de productos químicos y en la transición al uso de energías renovables, tomando como inspiración a la propia naturaleza para lograr este objetivo. Este es el caso, por ejemplo, de la fotoquímica, que reproduce el proceso fotosintético para producir sustancias químicas a partir de CO2, agua y luz solar; o la bioquímica, que se centra en aprender de los procesos químicos y fisicoquímicos y de las sustancias que se dan en los organismos vivos.
Según Ilham Kadri, directora general de Solvay, estas innovaciones tienen que acelerarse para cumplir las ambiciones del Pacto Verde Europeo fijadas para 2030 y 2050: ”necesitamos a las startups por su ingenio y por su capacidad de pensar de forma innovadora (…) Por su parte, las empresas aportan la experiencia, la financiación y la escalabilidad, de manera que las startups se pueden desarrollar más rápido, más deprisa y pensar a lo grande».
Durante la jornada, más de 30 empresas emergentes presentaron soluciones innovadoras en cinco ámbitos relacionados con la doble transición ecológica y digital a 13 grandes empresas y asociaciones químicas. Estas empresas son financiadas por el EIC, organismo que apoya a innovadores, emprendedores, pequeñas empresas y científicos de primera clase con ideas brillantes y la ambición de escalar a nivel internacional, tanto financieramente como a través de asesoramiento.
Kinga Stanislawska, miembro del Consejo Asesor del EIC, afirmó que «el Consejo Europeo de Innovación proporciona las pistas de despegue adecuadas para que estos proyectos puedan alzar el vuelo». Jean David Malo, director del EIC y de la Agencia Ejecutiva para las PYMEs (EISMEA), concluyó afirmando que «Europa tiene el talento, la inspiración y la capacidad de hacer crecer empresas innovadoras con soluciones de gran impacto que suponen un cambio positivo en la vida de millones de personas cada día».