La filial de la americana Freeport McMoran quiere cubrir un 25% de su consumo de energía anual con un acuerdo de compra de electricidad fotovoltaica a una nueva planta de 50MW
Atlantic Copper, la fundición de cobre ubicada en el Puerto de Huelva y que es la filial española del grupo minero y de materias primas estadounidense Freeport McMoran, se ha alzado con el primer puesto en eficiencia de su producción a escala mundial. Según la clasificación que elabora anualmente la consultora especializada Wood Mackenzie, la instalación onubense ha pasado en 2016 (últimos datos disponibles) a ser la que menor consumo de energía utiliza: 611 kilovatios/hora por tonelada de concentrado de cobre fundido, en cifras exactas.
Miguel Palacios, director de la factoría, ha explicado hoy en la presentación del balance anual en Huelva que con ello «hemos superado a fundiciones muchos más modernas como las creadas en China los últimos años u otras de nuestra época, de la década de los 70, como la japonesa de Toyo que son referencia mundial». La compañía, que facturó 1.790 millones el año pasado y creció un 10% gracias al gran alza del 35% en los precios del cobre, ha invertido sistemáticamente desde 2003 en eficiencia energética tanto recuperando calor que genera su proceso productivo como mitigando el consumo con múltiples mejoras tecnológicas. El resultado, según Palacios, es que la fundición consume hoy un 23% menos que en 2003. «Pese a ello, gastamos un 23% más en energía por la tremenda subida del coste de la misma», lamentó.
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Viéndolo desde otra perspectiva, la planta que emplea a 656 empleados directos logra cubrir con su estrategia de recuperación de calor y cogeneración el 22% de la potencia total que necesita y que asciende a 35 megavatios. Otra cuarta parte, en torno a un 25%, procederá de un contrato de compra de energía limpia a algún productor español. Macarena Gutiérrez, directora financiera de Atlantic Copper, explicó junto a Palacios que trabajan para decidir a final de este año qué empresa podría suministrarles energía verde a partir de una planta previsiblemente fotovoltaica de unos 50MW. «Prevemos que en 2020 estemos ya surtiéndonos de esta fuente limpia«, precisaron y apuntaron a proyectos actualmente en gestación en Extremadura como origen de esa electricidad.
Con ello, en números redondos, la autoproducción y las renovables soportarían la mitad del consumo de la factoría a partir de la próxima década. «No hay otras fundiciones en el mundo que se abastezcan con contratos de power purchase agreement (ppa), aunque otra plantas de Freeport en Arizona está estudiando hacer lo mismo actualmente», avanzó Gutiérrez. Los gastos energéticos son el principal capítulo de costes anuales: el 28% de los 128 millones que consumió la fábrica para funcionar en 2017. Otro 27% son costes de personal, y un 22% los gastos por servicios externos «de los que, a su vez, un 70% son gastos en nóminas del personal de esas subcontratas», precisó Palacios.
Más relación con las minas de Huelva
Otro aspecto relevante y novedoso es que Atlantic Copper y las minas de la faja pirítica de Huelva, al norte de la provincia, han dejado de vivir de espaldas por decirlo así. Matsa, el principal grupo minero con tres yacimientos en explotación, ha enviado ya en 2017 una pequeña parte de su producción -20.000 toneladas de concentrado de cobre- a refinar a Atlantic, aunque el grueso sigue yendo a fundiciones chinas, fundamentalmente. «Para 2018 esperamos aumentar hasta casi 50.000 toneladas y trabajamos con Atalaya para que lleguen también concentrados de Riotinto«, avanzó Palacios. Aún así, esas 50.000 toneladas serán una parte pequeña respecto al millón de toneladas de concentrados procedentes de minas de la matriz Freeport y de otras mineras que procesó la instalación onubense el pasado año.
La instalación produce, además de 271.000 toneladas de cátodos de cobre procedentes de esos concentrados, otro millón de toneladas de ácido sulfúrico que se vende al completo a la industria de fertilizantes y también a otras mineras. «Nos aporta ingresos de entre 60 y 70 millones, pero que son casi puro margen de beneficio para nosotros porque surgen del propio proceso de refino del cobre», señalaron los directivos. Parte del ácido se emplea, por ejemplo, en la mina de Cobre Las Cruces en Sevilla, mientras que en el caso del cobre hay dos grandes clientes nacionales: los productores de cable Cunext Copper (en Córdoba, propiedad hoy de la familia vasca Aristrain y que hasta 2004 estaba integrado en Atlantic Copper) y el grupo catalán La Farga.
La firma, a petición del Puerto de Huelva, va a cambiar su depósito de silicato de hierro -del que vende el 100%- a la antigua parcela de Fertiberia
Atlantic obtuvo en España el 56% de sus ventas en 2017, mientras que el resto se exportó a más de 30 países. El tercer gran producto de la empresa es el silicato de hierro, que se usa como relleno en obra civil y como materia prima para el cemento. Genera entre 600 y 700 mil toneladas anuales. El depósito donde almacena este producto, ahora detrás de la planta, va a mudarse por petición del Puerto de Huelva a la parcela contigua a Atlantic que ocupaba la fábrica de Fertiberia clausurada hace un lustro. Un cambio que ha generado algunas acusaciones de que la empresa iba a generar un nuevo ‘vertedero’. «En absoluto, nosotros no hacemos vertederos, es un depósito donde acumulamos producción que se vende al 100% todos los años. Lo demás son falsas polémicas», zanjó Palacios.
A este respecto, Palacios señaló que la compañía no renuncia a plantear en un futuro una posible «y legítima» ampliación de sus instalaciones, un proyecto que lleva en mente de los directivos españoles de Freeport -capitaneados por su consejero delegado Javier Targhetta, a la sazón vicepresidente de la matriz estadounidense- desde hace al menos cinco años. El logro de ser la primera fundición del mundo en eficiencia energética es un aldabonzado a favor de que Huelva pueda acoger en algún momento esa ampliación. Freeport tiene otras dos refinerías en EEUU e Indonesia.
La compañía con sede social en Huelva destacó también que ganó neto 24 millones en 2017 frente a los 41 millones del año anterior, viéndose afectada por el menor margen del refino de cobre y por la parada de mantenimiento de 24 días acometida en mayo pasado. «El cobre se vende más caro, pero también se compra más caro el concentrado, nuestro margen procede de nuestra capacidad de ser eficientes y del mejor margen que obtengamos del ácido sulfúrico», resumió Macarena Gutiérrez.
Las inversiones en el últimos lustro ascienden a 152 millones, incluyendo en parte esos proyectos de eficiencia energética. La planta recicla además el 100% del agua que consume y el reto ahora pasa por reducir su consumo, que ya cayó el 11% en 2017: «Pero lo podemos bajar significativamente más«, avanzó Palacios. Sus emisiones de dióxido de carbono se han reducido además otro 41% en la última década. Las de partículas han caído un 77% en el mismo periodo, quedando un 91% por debajo del límite legal. Las inversiones previstas hasta 2020 sumarán otros 78 millones.