La Plataforma Tecnológica y de Innovación de Química Sostenible SusChem-España ha centrado su Asamblea General 2020 en torno a la continua respuesta innovadora que está proporcionando el sector químico a la eficiencia de los recursos -favoreciendo la circularidad de la economía- y a la eficiencia energética, precisamente dos de los ejes cardinales identificados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU y el Green Deal de la Comisión Europea.
El evento, que ha tenido lugar en dos sesiones celebradas los días 5 y 7 de octubre en formato virtual, ha contado con la participación de expertos de diferentes ámbitos que han puesto de relieve la implicación estratégica de la I+D+i del sector químico en la construcción de un futuro sostenible como proveedor de soluciones innovadoras que facilitan, no solo a la industria química sino también al resto de sectores productivos, tecnologías más sostenibles a lo largo de toda la cadena de valor.
En esta línea, Cristina González, Secretaria Técnica de SusChem España y Directora de Innovación de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), ha destacado la importancia de apostar por la industria, la colaboración público-privada y por la I+D+i para poder dar respuesta a todos los desafíos que tenemos por delante como sociedad, empezando por los ODS y continuando por el reto tremendamente ambicioso de Europa para convertirse en el primer continente climáticamente neutro y libre de contaminación en 2050, según refleja la hoja de ruta del Green Deal.
Estos retos, tal y como afirmaron Ann Dierckx (CEFIC) y Vivi Filippousi (SusChem ETP) durante sus intervenciones, precisan de un sector químico competitivo y con músculo suficiente para poner en marcha proyectos de investigación e innovación que permitan, a su vez, desarrollar tecnologías de vanguardia y modelos disruptivos que sienten las bases para una transformación completa de las cadenas de valor.
Una de las áreas que más necesitan de esta apuesta innovadora es la eficiencia de recursos, ámbito en el que la química se sitúa como un vector estratégico para afrontar retos tan apremiantes como el acceso al agua potable y la gestión del saneamiento (ODS 6) o la producción y consumo responsables (ODS 12). Ambos plantean el dilema de la eficiencia: hacer más y mejor con menos, vinculando el crecimiento económico al cuidado del medioambiente, la eficiencia de recursos y un nuevo modelo social de hábitos sostenibles en torno a la Economía Circular. Algo que sería imposible de alcanzar sin las aportaciones de la química. Así lo pusieron de manifiesto durante sus intervenciones en la mesa redonda Química y Recursos de la primera sesión: Iván Albertos (BASF), Miguel Alcalde (EvoEnzyme ICP-CSIC), Verónica Gómez (Dupont Water Solutions) y Pau Bosch (LEITAT), que contó con la moderación de Ramón Canela (dBA- U. Lleida).
Si nos centramos en el ámbito energético, lograr una energía asequible y no contaminante (ODS 7) a la vez que desarrollamos acciones que contribuyan a mitigar el Cambio Climático (ODS 13), objetivos que están completamente alineados con el Green Deal de la Comisión Europea, resulta necesario establecer un nuevo modelo en el que el crecimiento económico y la competitividad puedan coexistir y complementarse con la protección medioambiental y la reducción de emisiones contaminantes como baluartes para hacer frente al cambio climático.
En este nuevo modelo, la química es un sector fundamental para la generación de materiales y soluciones innovadoras que permitan, por un lado, incrementar la eficiencia energética de los procesos industriales y, por otro, desarrollar avances tecnológicos capaces de aportar la máxima eficiencia en materia de almacenamiento de la energía y aprovechamiento de las renovables. Los participantes de la segunda mesa redonda Química y Energía Emilio Nieto (Centro Nacional del Hidrógeno), José Manuel Méndez (Toyota), Mª Rosa Palacín (ICMAB-CSIC) y Beatriz Ruiz (Capital Energy), con la moderación de Mónica García (REPSOL), debatieron sobre los novedosos sistemas de almacenamiento en forma de energía química y el futuro que se abre camino con el hidrógeno y las pilas de combustible.
Todos estos avances, que a medio y largo plazo sientan las bases de un futuro sostenible como prioridad socioeconómica a nivel global, requieren un amplio impulso de la inversión industrial en el ámbito de la I+D+I. Algo en lo que el sector químico destaca, puesto que lidera la inversión industrial en I+D -un 25% del total- y es el segundo mayor exportador de la economía española, factores de competitividad que le posicionan como un sector clave en los objetivos sociales y económicos marcados por la agenda global para 2030 y 2050.