El Observatorio de elEconomista analiza el sector químico en la economía española
Fuente: elEconomista [leer más]
Desde una taza a un folio o una botella, la industria química representa casi la totalidad de los objetos que rodean la cotidianidad, y sin embargo es una de las menos visibles del país. El sector es el segundo más importante de la industria española y consiguió ingresar el año pasado 58.300 millones de euros. «La esperanza de vida ha pasado de los 40 a los 80 años, eso es la industria química y no una chimenea echando humo», defiende Juan Manuel Martínez, director de Petroquímica de Cepsa.
Bajo el título La química en la economía española, elEconomista realizó el pasado mes de diciembre un Observatorio impulsado por Cepsa en el que se discutió la necesidad de reducir la tarifa energética, el objetivo de conseguir una mayor competitividad fuera de las fronteras, la obligación de los diferentes partidos de hacer un pacto de Estado para proteger la industria y la importancia de la calidad y estabilidad laboral para el crecimiento del I+D.
El encuentro contó con la participación de Juan Antonio Labat, director general de Feique (Federación Empresarial de la Industria Química Española); José Manuel Martínez, director de Petroquímica de Cepsa; Alberto Martín-Rivals, socio responsable del sector Energía en KPMG y Teresa Rasero, secretaria general del grupo Air Liquide en Iberia. Todos coincidieron en una premisa común: si no hay industria no hay crecimiento económico detrás.
«La química crece un 4,5% al año a nivel mundial, debemos crecer lo mismo en España, esa es la gran batalla que tenemos que librar», asegura José Antonio Labat, director general de Feique. El sector es consciente de que quedan muchos campos por conquistar y uno de ellos es la competitividad, un factor en el que influyen varios aspectos como el coste de la energía. «Tenemos la cuarta o quinta electricidad más cara de Europa, también el gas. Estamos un 20% por encima de la Unión Europea; o empezamos a descargar la tarifa eléctrica o nuestra industria va a sufrir», reclama Alberto Martín-Rivals, socio responsable del sector Energía de KPMG.
La industria carga con decisiones históricas que han marcado los actuales y elevados costes en la energía. «Necesitamos un pacto de Estado para que la deficiencia de nuestras empresas energéticas se traduzca en precios más bajos», continúa Martín-Rivals.
La apuesta por el pacto de Estado es general entre los cuatro ponentes, incluso a nivel educativo. Una situación que evidencia el agravio entre otros países europeos y España. «El 48% de la población adulta de nuestro país no tiene bachiller. Así es imposible que seamos un país industrial. El dato en Alemania baja al 15%», asegura el socio responsable de Energía de KPMG.
Regulación ambiental
Otro de los grandes hándicaps del sector es la masificación de normativas ambientales y sus permanentes modificaciones. Teresa Rasero recuerda que hay 17 comunidades autónomas, cada una con sus regularizaciones, lo que supone que en ocasiones haya que adaptar la actividad a cada una de las regiones. «La coordinación a nivel estatal es básica para que la industria crezca», pide Rasero.
Por su parte, el director de Feique asegura que actualmente hay 80 normativas ambientales distintas y culpa a esta situación del bajo crecimiento de la industria nacional en comparación con la evolución de la industria global. «Es de nuestro interés cumplir lar normas, pero no tiene sentido que varíen del País Vasco a Canarias -criticó José Manuel Martínez-. Queremos un mercado conjunto, no un reino de taifas en el que en cada sitio tenga normativas distintas». Martín-Rivals asegura que, porque se tenga la imagen de que una refinería o una planta va a estar en un lugar para siempre, no significa que haya que ponerle más normativas: «No se dan cuenta de que la producción no va a ser la misma, esta industria es igual que todas, si se ponen facilidades, generará más empleo».
Los ponentes piden hacer pedagogía porque no se trata de humo y chimeneas: «La energía existe porque existe la química, al igual que las vacunas. Hay quien no se quiere vacunar porque considera que supone un riesgo, bueno, pues nosotros bajamos ese riesgo», asegura el director de Feique. Bajo la sensación de que hay más planes ambientales que industriales a medio plazo, el director de Petroquímica de Cepsa afirma que en España se cumple la regulación ambiental, se protege el medio ambiente, pero cree que si se sobrerregula la industria, ésta se irá a otros países donde no haya esas condiciones: «Eso sería una actitud hipócrita porque estamos en un mundo único», lamenta. Recuerda que la población debe saber que una antorcha con una llama no afecta a la vida de las personas. La industria es responsable del 20% de la contaminación, el otro 80% corresponde a los ciudadanos.
Empleo
La industria química actualmente da trabajo directo a 189.400 personas. «Tenemos un 95% de empleo fijo», aseguró Labat, mientras que José Manuel Martínez remarcó que una de las ventajas de la industria española es «el talento».
La mano de obra no es barata, ni incluso cuando se sale del país. Todo lo contrario, el director de Petroquímica de Cepsa aclara que el objetivo es otro: «Si estamos en Shanghai (China) es porque allí es donde está el mercado. Es una ventaja que las empresas vayan a otros países mientras que se paguen los impuestos en España»
En cuestión de empleo se trata de productividad. «Facturamos más de 350.000 euros por trabajador, esta es una de las industrias más productivas», destaca Juan Antonio Labat. La estabilidad, además, es esencial para la potenciación del I+D. Teresa Rasero, secretaria general del grupo Air Liquide en España insiste en que un empleado debe sentirse seguro en su puesto para poder desarrollar el talento.
La industria química supone el 25% del I+D de España, según Martín-Rivals de KPMG, y eso se traduce en el número de patentes. Teresa Rasero destaca: «Tenemos más de 300 patentes todos los años a nivel mundial». Para Martín-Rivals además es importante el tamaño si se habla de investigación: «Hay que desmitificar el roll de la pequeña empresa, el tamaño importa porque las grandes empresas tienen más capacidad de invertir. O fomentamos empresas más grandes o no vamos a ganar la carrera del I+D».
Protección de la industria
El sector reclama al Ejecutivo que proteja a la industria igual que lo hacen otros países de la Unión Europea como Alemania. Uno de los ejemplos más concretos es el de las ayudas indirectas a las empresas por los derechos de emisión.
España inició en 2013 un programa de ayudas estatales para compensar a las empresas de elevado consumo eléctrico que están más expuestas a riesgos de fuga de carbono por los costes de las emisiones indirectas. La ayuda actualmente asciende a 5 millones de euros, mientras que Alemania aporta a sus industrias 800 millones de euros y los belgas más de 100 millones. «La Unión Europea permite esta desigualdad, aún no hemos conseguido regular esta situación», reprocha Juan Antonio Labat.
El asunto confluye por segunda vez en el problema del elevado coste de la energía. «Tenemos 10.000 millones de euros de sobrecoste en el sistema eléctrico que hay que pagar. En ellos se incluye las primas a las renovables, 3.000 millones anuales del déficit de tarifa u otros 3.000 por impuestos eléctricos, así es inviable ver la solución para que se rebaje la tarifa eléctrica», señala Labat. Y como en una espiral, de nuevo los ponentes vuelven a reclamar la necesidad de un pacto de Estado, pero de todos los partidos, y no sólo durante una legislatura.
El director de Petroquímica de Cepsa asegura que la industria necesita metas claras y una proyección para el futuro que les permita salir de una situación inestable como la de la crisis económica. Por su parte, Rasero aclara que a nivel de competitividad interna, las empresas ya están haciendo los deberes todos los días: «Ahora necesitamos un entorno que nos facilite la competitividad con otros países europeos». Juan Antonio Labat incide: «No vemos una luz para crecer al mismo ritmo que hemos perdido».
Exportaciones
Como dato positivo, el sector acumula desde 2008 un crecimiento en exportaciones del 45%, aportando en 2015 unos ingresos de 32.920 millones de euros. EEUU es un cliente fundamental y los 46 puertos que hay en España, los mejores aliados. Las exportaciones en química avanzada hacia el continente americano continúan creciendo hasta suponer ya una facturación de 3.000 millones de euros. «Tenemos capacidad de generar expectativas muy altas para la exportación», explica el director general de Feique, y en el logro merecen también especial atención la internacionalización de las pequeñas empresas del sector.
La necesidad de vender fuera sus productos durante los años más complicados de la crisis económica ha permitido al sector mantenerse y ahora empezar a crecer. «A la fuerza ahorcan, pero la verdad es que han sabido salir al mercado de una manera muy competitiva», destaca el director general de Feique. Aún así, la industria visualiza un horizonte de adquisiciones y fusiones para seguir creciendo como la reciente unión entre DupPont y Dow Chemical, las dos multinacionales de mayor tamaño del sector químico en EEUU.
El futuro también pasa por el desarrollo de cuatro grandes áreas. Juan Antonio Labat las resume en «energía para todos», «conseguir potabilizar el agua más rápido y mantenerla limpia más tiempo», «hacer las ciudades más eficientes» y centrarse en lo que llama el jefe azul: «alimentación y salud, eso es vital». Teresa Rasero, de Air Liquide, coincide en que esos son los ejes en los que más se está invirtiendo: «Tenemos una perspectiva de crecer entre un 3 y 4%, aunque también necesitamos que el entorno y las políticas nos acompañen. Somos futuro, pero podemos serlo aún más».
José Manuel Martínez, director de Petroquímica de Cepsa, recuerda que lo primero que hace una persona para dar un paso en calidad de vida es comprarse una lavadora. «Eso es química». Y sentencia: «Debemos transmitir que la química es cambio de vida y progreso».